Las certificaciones energéticas de edificios se han vuelto fundamentales porque garantizan que las edificaciones cumplan con ciertos estándares de eficiencia y porque también pueden ser clave para acceder a subvenciones importantes. A continuación, exploramos las preguntas más comunes sobre las certificaciones energéticas y su relevancia.
La escala de calificación energética de un edificio depende de su consumo de energía primaria no renovable y de las emisiones de CO2 asociadas. Este consumo se evalúa en función de varios factores, como la calidad del aislamiento, la eficiencia de los sistemas de climatización y ventilación, y el tipo de iluminación utilizado. Cuanto más eficiente sea un edificio en términos de consumo energético y emisiones, mejor será su calificación en la escala, que va desde la letra «A» (más eficiente) hasta la «G» (menos eficiente).
Los técnicos competentes para realizar una certificación energética de un edificio son aquellos profesionales que cuentan con la titulación y formación específica en eficiencia energética. Esto incluye a arquitectos, ingenieros industriales, ingenieros técnicos, y otros técnicos cualificados que han recibido la formación adecuada para evaluar la eficiencia energética de edificios y sistemas.
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La certificación de eficiencia energética de un edificio está compuesta por varios documentos clave:
Tener una calificación energética alta, como una «A» o «B», implica que el edificio es muy eficiente en términos de consumo de energía y emisiones de CO2. Esto puede traducirse en menores costes operativos y una mayor competitividad en el mercado inmobiliario. Por otro lado, una calificación baja, como una «E» o «G», indica que el edificio es menos eficiente y, por lo tanto, más costoso de operar y menos atractivo para potenciales compradores o inquilinos.
Los certificados energéticos son cruciales para acceder a subvenciones que pueden cubrir hasta el 60% de la inversión en mejoras de eficiencia energética. Para obtener estas ayudas, es necesario realizar una certificación energética antes y después de la instalación de mejoras. Si el edificio mejora en al menos un 30% su eficiencia energética, podrá acceder a la subvención.
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