La falta de instalaciones energéticas adecuadas puede llevar a altos costos de energía y una dependencia de fuentes no sostenibles.
Alta dependencia de la red eléctrica y costos elevados de energía.
Sistemas eléctricos obsoletos y ineficientes.
Equipos ineficientes que aumentan el consumo energético.
Falta de opciones sostenibles y rentables para calefacción y refrigeración.
Necesidad de soluciones energéticas sostenibles para diversas aplicaciones eléctricas y térmicas
Falta de infraestructura adecuada para nuevas tecnologías y eficiencia energética.